Campos de Castilla (1907-1917) A ORILLAS DEL DUERO Antonio Machado (1875-1939)
Mediaba el mes de julio. Era un hermoso dia. 1
Yo, solo, por las quiebras del pedregal subia,
buscando los recodos de sombra, lentamente.
A trechos me paraba para enjugar mi frente
y dar algUn respiro al pecho jadeante; 5
o bien, ahincando el paso, el cuerpo hacia delante
y hacia la mano diestra vencido y apoyado
en un baston, a guisa de pastoril cayado,
trepaba por los cerros que habitan las rapaces
aves de altura, hollando las hierbas montaraces 10
de fuerte olor -romero, tornillo, salvia, espliego-.
Sobre los agrios campos caia un sol de fuego.
Un buitre de anchas alas con majestuoso vuelo
cruzaba solitario el puro azul del cielo.
Yo divisaba, lejos, un monte algo y agudo, 15
y una redonda loma cual recamado escudo,
y cardenos alcores sobre la parda tierra
-harapos esparcidos de un viejo ames de guerra-,
las serrezuelas 1 calvas por donde tuerce el Duero
para formar la corva ballesta de un arquero 20
en tomo a Soria. -Soria es una barbacana,
hacia Aragon, que tiene la torre castellana-.
Veia el horizonte cerrado por colinas
oscuras, coronadas de robles y de encinas;
desnudos pefiascales, alglin humilde prado 25
donde el merin02 pace y el toro, arrodillado
sobre la hierba, rumia; las margenes del no
lucir sus verdes alamos al claro sol de estio,
y, silenciosamente, lejanos pasajeros,
jtan diminutos! -carros, jinetes yarrieros-, 30
cruzar ellargo puente, y bajo las arcadas
de piedra ensombrecerse las aguas plateadas
del Duero.
El Duero cruza el corazon de roble
de Iberia y de Castilla.
jOh, tierra triste y noble,
la de los altos llanos y yermos y roquedas, 35
de campos sin arados, regatos ni arboledas;
decrepitas ciudades, caminos sin mesones,
y atonitos palurdos3 sin danzas ni canciones
1 Forma diminutiva y despectiva de sierra.
2 Las ovejas merinas de Castilla eran famosas por la calidad de su lana.
Poesia del 98
Poesfa del 98
que aun van, abandonando el mortecino hogar,
como tus largos rIOS,Castilla, hacia la mar! 40
Castilla miserable, ayer dominadora,
envuelta en sus andrajos desprecia cuanto ignora.
l.Espera, duerme 0 suefia? l.La sangre derramada
recuerda, cuando tuvo la fiebre de la espada?
Todo se mueve, fluye, discurre, corre 0 gira; 45
cambian la mar y el monte y el ojo que los mira.
l.Paso? Sobre sus campos aun el fantasma yerra
de un pueblo que ponfa aDios sobre la guerra.
La madre en otro tiempo fecunda en capitanes,
madrastra es hoy apenas de humildes ganapanes. 50
Castilla no es aquella tan generosa un dfa,
cuando Myo Cid Rodrigo el de Vivar4 volvfa,
ufano de su nueva fortuna, y su opulencia,
a regalar a Alfonso los huertos de Valencia;
o que, tras la aventura que acredito sus brios5, 55
pedfa la conquista de los inmensos rios
indianos a la corte, la madre de soldados,
guerreros y adalides que han de tomar, cargados
de plata y oro, a Espafia, en regios galeones,
para la presa cuervos, para la lid leones. 60
Filosofos nutridos de sopa de convento
contemplan impasibles el amplio firmamento;
y si les llega en suefios, como un rumor distante,
clamor de mercaderes de muelles de Levante,
no acudinln siquiera a preguntar l.que pasa? 65
Y ya la guerra ha abierto las puertas de su casa6.
Castilla miserable, ayer dominadora,
envuelta en sus andrajos desprecia cuanto ignora.
El sol va declinando. De la ciudad lejana
me llega un armonioso tafiido de campana 70
-ya iran a su rosario las enlutadas viejas-.
De entre las pefias salen dos lindas comadrejas;
me miran y se alejan, huyendo, yaparecen
de nuevo, jtan curiosas!. .. Los campos se oscurecen.
Bacia el camino blanco esta el meson abierto 75
al campo ensombrecido y al pedregal desierto.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home